Desde pequeñitas, nuestros padres siempre nos dicen cómo tienen
que ser nuestros novios. Siempre decían “búscate un chico guapo, pero que te
haga reír, que tenga mucho dinero y pueda permitirse una casita para los suegros
al lado, que esté fuerte y que sea un chico aplicado y con estudios, que te
trate como a una reina y que sea quien traiga el dinero a casa”. Saben
perfectamente que el amor es ciego, pero quieren al mejor príncipe azul al lado
de su hija, que si te enamoras de alguien, va a dar igual si es feo, guapo, gordo
o delgado, rico o pobre… el amor hará que no te fijes en si es perfecto o no
porque no hay nadie perfecto en este mundo, pero siempre habrá un chico que sea
perfecto para ti.