¿No te ha pasado
nunca eso de querer salir corriendo sin ninguna dirección? ¿Salir del sitio en
el que estás? ¿Desaparecer por un tiempo y darle vueltas y vueltas al coco sólo
para ver que tu vida es perfecta, que no necesitas a ningún tío perfecto que
esté a tu lado, sino que necesitas a ese gilipollas que te saca una sonrisa
todas las mañanas diciéndote “buenos días princesa, te quiero”?