Me
contaron una vez que hay personas que mienten tanto que acaban creyendo en sus propias
mentiras. Entonces pensé que si sonreía tantas veces al día, acabaría creyendo
en mi propia felicidad. Me contaron una vez que existían los caballeros y el
amor verdadero. Entonces pensé que si lo buscaba, acabaría creyendo en el amor.
Me contaron una vez que hay que hacer caso a la cabeza y no al corazón, pero yo
prefiero seguir mis sueños antes que órdenes, prefiero seguir a mis
sentimientos antes que a mis pensamientos.