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Crecer pero no ser mayor


Soy de esas personas que quieren crecer pero no quieren ser mayor. De las que le gusta que su mami le haga mimitos, pero que también querría tener a ese chico que le abrazara las tardes de días lluviosos mientras vemos alguna peli con mantita y película. De esas que no deja de creer en los cuentos de princesas y hadas madrinas y de las que nunca dejará de tener algo de niña en su interior. Que sí, quiero crecer, salir de fiesta, ponerme tacones super altos, un vestido con el que deje sin aliento a los chicos, pisar con fuerza la calle y comerme el mundo. Pero no, no quiero olvidar mi parte infantil, bipolar, impulsiva, loca, con ganas de reír a todas horas, de hacer lo que quiera sin pensar en el “qué dirán”... 

Año nuevo, vida nueva.


El último día del año sirve para ver quién merece la pena para este nuevo año. Si no ha estado contigo, si no te ha deseado un feliz próspero año y no espera que sea a su lado, no merece seguir presente en tu vida. “Año nuevo, vida nueva”, no la desaproveches, proponte nuevas metas, nuevos retos. No des la vida por alguien que no sería capaz de aprovechar un día a tu lado, así que si no es él, ya será otro. Sal ahí afuera a comerte el mundo, no te pintes los labios, que no hace falta dejar marca, pero ponte tu mejor conjunto, sal pisando fuerte y con la cabeza bien alta, que la corona no se puede caer. Cuando lo veas por la calle y te vea sonriendo, espera a que diga “antes sonreía gracias a mí” y se arrepienta de haber dejado escapar a la que que fue única con él, la única que necesitaba y entonces, serás tu la que no querrá seguir con él y le harás aprender una lección.