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No te levantes sin un motivo ni te acuestes sin un sueño

La vida me ha enseñado que no hay que vivir por nadie, porque nadie vive por ti. Que no hay que levantarse sin un motivo, ni dormirse sin un sueño. Que ningún día se parece a otro y que tu eres tan único, que nadie se parece a ti. Que cuando sigues algo, no siempre lo consigues, pero es más posible que si tiras la toalla. Que sí, tropezarás con la misma piedra muchas veces y siempre verás que todo por lo que luchas no llega. Pero también he aprendido que sólo hay una persona que puede hacerme feliz, hacer que se me vayan todos los problemas y que vengan en tan solo un segundo, sacarme sonrisas entre lágrima y lágrima. Esa soy yo. Si hay alguien que quiera entrar a mejorar mi vida, que entre; y si hay alguien que quiera salir, ya sabe dónde está la puerta. He perdido a mucha gente importante, pero también he encontrado a la mejor que hay sobre este mundo, así que sólo tengo que decir “si quieres salir, sal, pero no te quedes en la puerta e incordies a aquellos que quieren hacerme feliz”